
Rodeada de gente guapa todo es mucho más fácil, me siento como en casa. Un poco de música, algo de baile, unos pocos licores y la conversación está asegurada. Surrealismo, risas y siempre con la atenta mirada observando lo que occure a mi alrededor a través del cristal de un vaso. Me hace gracia el comportamiento del ser humano, a veces tan predecible y otras tan inesperado.
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