sábado, 10 de julio de 2010

El cartel más bonito del mundo


El otro día abrí la caja de mi colección de postales y encontré el folleto de una exposición a la que fui en Madrid en el 2006. Fui sola, con todo el tiempo del mundo y me dediqué a pasear por el centro, a pararme en los lugares que me dio la gana y a observar la ciudad. Ya sabía que había una exposición sobre el cartelismo modernista y entré. No había ni un alma, como de costumbre y la joven que los custodiaba me los dejo fotografiar todos. Los famosos de Toulouse-Lautrec: las bailarinas del Moulin Rouge, algunas prostitutas, algunas madammes y otras amantes…

Compartían sala con carteles de Ramón Casas, mil veces mejores, y no tenía ni idea que fue él quien diseñó la botella de Anís del Mono. Y resulta que para dibujar los bocetos del mono caricaturizó la cara de Darwin, a petición de los dueños de la marca, los hermanos Bosh, que estaban en contra de la teoría de la evolución.

Pero sin duda, nada que ver con los demás, estaba allí colgado el de los Cigarrillos París. Este cuadro me impresionó tanto que nunca me canso de mirarlo. En directo es perfecto, está pintado, parece con colorines de madera, y de cerca se ve cada trazo como si fuera improvisado.

A raíz de ahí he buscado un poco más sobre la historia del cuadro y sólo he encontrado que lo pintó por encargo para una marca de cigarrillos de Buenos Aires. Sacaron a concurso el diseño del cartel, él se presentó junto a otros 554 artistas por un premio de 1000 francos, pero finalmente quedó en quinto lugar porque los propietarios de la empresa, consideraban que no se resaltaba lo suficiente el nombre de la marca. Le mandaron una carta que decía:

“En cuanto a su obra, y sin que pretendamos hacer crítica de ningún género, pues nos confesamos incompetentes, le diremos que ha sido desde el primer día nuestra favorita; pero convenimos también en que la parte accesoria, o sea la rotulación, no se adapta a las exigencias del reclamo. El título queda confundido y casi imperceptible en el fondo gris del cartel”

No estoy de acuerdo! Sin embargo, en ningún lugar he encontrado lo más importante que me gustaría saber y que nunca descubrí, ¿quién era esa mujer del vestido rosa sentada en la silla verde con su bufanda de lana y sombrero negro?, o al menos, me gustaría saber en quién se inspiró para pintarla. Me encanta.

2 comentarios:

  1. la primera vez que vi esta imagen me encanto,tiene un aura romantica y misteriosa que te atrapa. trate de buscarla por internet de todas las formas posibles y no encontre nada... ahora gracias a este blog, que encontre de casualidad, conozco un poco mas la historia de esta imagen que a mi tambien me enamoro. Gracias!

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  2. Hola Anónimo! Cómo me alegro! Muchas gracias, en directo es I M P R E S I O N A N T E...

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